Son muchos los mitos que giran alrededor del tequila y con esta serie de blogs, queremos ir aclarando las dudas más comunes que se tienen sobre la bebida.
En un blog anterior, hablamos ya sobre la denominación de origen, los grados de alcohol que debe de tener un tequila y los procesos de producción.
Esta vez, hablaremos sobre:
Esperamos que este blog te ayude a disipar las dudas que tengas. ¡Allá vamos!
A) Con base en los azúcares que se utilizan en su elaboración, el tequila se divide en dos categorías:
B) Con base en el tiempo que pasa -o no pasa- en barricas (sea tequila 100% o tequila) esta bebida se divide en 5 clases. ¿Por qué? Porque el tiempo que pasan dentro de una barrica en contacto con la madera, es lo que marca la diferencia; Es la madera de la barrica lo que aporta el color, aroma y sabor al producto.
Estas 5 clases de tequilas son:
Estos últimos 3, son los que obtienen su características de la madera y la diferencia entre ellos está en el tiempo de reposado y las características de la barrica.
Para que un consumidor pueda saber si la botella que está comprando en el mercado obtuvo su color, sabor, aroma por medio de una barrica, tiene que leer en la etiqueta “reposado, añejo o extra añejo”. Si no viene esta leyenda en la etiqueta, quiere decir que a este producto se le añadió algún abocante.
No, un tequila para ser añejo, tuvo que haber nacido primero como un tequila blanco. Su calidad es la misma, lo único que cambia son sus características por el tiempo que estuvo en contacto con la madera.
A muchas personas, por su paladar, les hace sentir que el añejo es un producto más suave, no tan quemante en la garganta, pero es por las características que le dio la madera, no porque sea mejor o peor tequila. En los reposados o añejos, el alcohol que empezó siendo tequila blanco, es disfrazado por las características que le da la madera de tonos avainillados, de semilla tostada… todos estos sabores que aporta la madera al líquido disfrazan los alcoholes y es por eso que en el paladar los sentimos más suaves y quizá los confundimos como de mejor calidad, pero no es así, los dos pueden tener excelente calidad.
Ahora bien, depende del paladar de cada persona elegir cuál tequila beber.
Ambos son buenos y la decisión depende del paladar de cada persona. El tequila 100% tiene notas más del agave y el tequila es ligeramente más dulce por los azúcares que se le agregan. Realmente depende al final del paladar del consumidor, del que más le guste, del que mejor le cae.
Los tequilas se usan mucho para coctelería, ya que tienden a ser las líneas económicas de la industria tequilera. Entonces, si vas a hacer una mezcla es mejor usar tequilas y de preferencia, que no sean reposados. Muchas personas dicen “voy a comprar un tequila añejo para hacer unas margaritas”... Se puede, ¡claro que sí! pero honestamente, creo que sería como una falta de respeto a un tequila que ha estado tanto tiempo, tantos años, en espera de ser degustado. Los reposados son tequilas que han pasado por un tiempo de maduración y pues se merecen un respeto. La mejor forma de tomárselo sería derecho, puro, para saborearlo.
En el tema de la coctelería mi recomendación sería, utilizar tequilas blancos, que son más económicos y que al final, te van a dar el resultado que buscas en un cóctel, que es obtener notas frescas del producto. Es por eso que un tequila blanco es esencial para la coctelería. Puede ser un tequila 100% o tequila nada más.
El consumidor identifica si está comprando un tequila 100% puro de agave leyendo la etiqueta, que debe decir cualquiera de las siguientes opciones:
Una vez que este producto se pone dentro de un envase de acero inoxidable o de vidrio, ya no debe sufrir ningún cambio característico, es decir, no debe seguir un proceso de maduración ni de fermentación.
Realmente un tequila no tiene caducidad. Puede durar años. Lo que puede pasar es que el sello de la botella del tequila, al pasar muchos años en una cava o en la barra de una casa, se venza. Si el sello está vencido, habrá una evaporación del producto por el sello vencido. Entonces ahí sí, habrá un cambio en las características del producto. ¿Por qué? Porque va a empezar a evaporarse el alcohol y después el líquido. Obviamente con esta evaporación, se perderán las características del producto.
Entonces, un tequila que está en una botella, mientras no rompas el sello, mientras no la abras, te puede durar muchos años. Obviamente llegará el tiempo en el que sello, por su propia naturaleza, se va a vencer, cambiando las características del producto, pero realmente el tequila no tiene fecha de caducidad.
Sí, pero no solamente en caballito o "shot". Aquí podemos ver la versatilidad de la bebida en sí. ¡Podemos usar el vaso que se nos antoje, para hacer cualquier bebida que queramos!
El caballito o el “shot” es lo tradicional para tomarlo derecho, pero también se toma en:
La verdad es que eso hace a nuestra bebida una bebida muy única en el mundo, su versatilidad. Y si no quieres vaso... ¡directo de la botella!
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